17 Entonces José dijo: —¡No haré que todos sean mis esclavos! Sólo el hombre que robó mi copa será mi esclavo, los demás se pueden ir en paz a donde está su papá.
18 Pero Judá se acercó a José y le dijo: —Señor, le ruego que me deje decirle algo sin que se moleste. Yo sé que usted es como si fuera el faraón.
19 Cuando estuvimos aquí antes, usted nos preguntó: “¿Tienen papá u otro hermano?”
20 Y nosotros respondimos: “Tenemos un papá muy viejo y un hermano menor que nació cuando nuestro papá era ya un anciano. El hermano de nuestro hermano menor ya murió y él es el único hijo de su mamá que queda vivo, por eso nuestro papá lo quiere mucho”.
21 Luego usted nos dijo a nosotros, sus siervos: “Tráiganmelo y déjenme verlo”.
22 Pero nosotros le dijimos: “El muchacho no puede alejarse del lado de su papá porque si lo hace su papá morirá”.
23 Luego usted nos dijo a nosotros, sus siervos: “Si su hermano menor no viene con ustedes, nunca me volverán a ver”.