5 ¿No es esta la copa de la que bebe mi señor y que usa para adivinar? Han hecho muy mal”.
6 Entonces cuando el siervo los alcanzó, les repitió lo que José le había dicho.
7 Los hermanos le dijeron: —¿Por qué dice eso mi señor? Nosotros, sus siervos, nunca haríamos algo así.
8 Mire, les devolvimos el dinero que habíamos traído de la tierra de Canaán y que encontramos en el tope de nuestras costales. ¿Entonces, por qué habríamos de robarnos oro o plata de la casa de su amo?
9 Si alguno de nosotros, sus siervos, tiene la copa, morirá, y el resto de nosotros nos convertiremos esclavos de usted, nuestro señor.
10 Entonces el siervo dijo: —Será tal como ustedes dijeron. Si la copa la tiene alguno de ustedes, se convertirá en mi esclavo, pero el resto de ustedes quedará libre.
11 Rápidamente, todos bajaron su costal al suelo y lo abrieron.