4 Me dijo: “Mira, te daré muchos hijos, haré que tu familia se multiplique y tus descendientes conformarán una comunidad de tribus. Les daré estas tierras a tus descendientes y serán de ellos para siempre”.
5 Tus dos hijos que nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo viniera, serán como mis hijos. Efraín y Manasés serán para mí como lo son Rubén y Simeón.
6 Pero los hijos que hayas tenido después de ellos serán tuyos. Ellos recibirán una parte de la tierra que se les dé a Efraín y Manasés.
7 Cuando venía de Padán Aram, Raquel murió, lo que me llenó de tristeza. Ella murió en la tierra de Canaán, cuando íbamos a Efrata. Yo la enterré ahí en el camino hacia Efrata. Efrata es la misma Belén.
8 Cuando Israel vio a los hijos de José, preguntó: —¿Quiénes son ellos?
9 José le contestó a su papá: —Estos son los hijos que Dios me dio aquí. Luego Jacob dijo: —Te ruego que me los traigas acá y yo les daré mi bendición.
10 A Israel le fallaba la vista porque ya estaba muy viejo. Cuando José le acercó a sus hijos, él los abrazó y los besó.