23 La vida de José le alcanzó para conocer a los hijos y a los nietos de Efraín y estuvo presente cuando nacieron los hijos de Maquir, hijo de Manasés.
24 José les dijo a sus parientes: «Me estoy muriendo, pero con seguridad Dios va a venir a cuidarlos, los va a sacar de este país y los va a guiar hacia la tierra que le prometió a Abraham, Isaac y a Jacob».
25 José hizo que los hijos de Jacob le hicieran una promesa. Les dijo: «Cuando Dios venga por ustedes, llévense mis huesos de aquí».
26 José murió a los ciento diez años de edad, lo embalsamaron y lo colocaron en un ataúd en Egipto.