1 Entonces Dios se ocupó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el barco. Hizo que un viento soplara sobre la tierra y el agua comenzó a evaporarse.
2 Las fuentes de la tierra y las ventanas del cielo se cerraron y dejó de llover.
3 El agua comenzó a bajar poco a poco. Al cabo de ciento cincuenta días el agua ya había bajado lo suficiente,
4 y así en el día diecisiete del séptimo mes, el barco se detuvo sobre las montañas de Ararat.
5 El agua siguió bajando hasta el décimo mes. En el primer día de ese mes, las cumbres de las montañas se hicieron visibles.
6 Al cabo de otros cuarenta días, Noé abrió la ventana del barco que había hecho,
7 y soltó a un cuervo. Este voló de un lado a otro hasta que el agua de la tierra se secó.