7 »He abandonado mi casa, he dejado mi herencia. He entregado el amor de mi vida en manos de sus enemigos.
8 Ella se ha vuelto para mí como un león en la selva; levanta un rugido contra mí, por eso la odio.
9 Mi pueblo está rodeado por aves de rapiña; que vengan todos los animales del campo a comer aquí.
10 Muchos pastores han destruido mi viñedo; han pisoteado por completo la tierra que me pertenecía. Han transformado mi tierra querida en una tierra desierta y desolada.
11 La han transformado en un desierto seco y muerto en el que nadie vive ya. Toda la tierra está destruida porque nadie les hace caso a mis palabras.
12 Han venido destructores desde todos los lugares del desierto. Todo esto sucede porque el SEÑOR está castigando a todos, de un extremo del país al otro. No habrá paz para nadie.
13 Sembraron trigos, pero sólo recogieron espinos. Trabajaron duro, pero no han logrado nada. Sentirán vergüenza de sus resultados debido a la ira del SEÑOR».