17 Si ustedes no escuchan esto, lloraré en secreto debido a su soberbia. Derramaré amargas lágrimas, porque el rebaño del SEÑOR será llevado prisionero.
18 Diles esto al rey y a la reina madre: «Bajen de sus tronos y siéntense con el resto de la gente, pues se les han caído de la cabeza sus hermosas coronas».
19 Las ciudades del Néguev están cerradas y no hay nadie que las abra. Todos los habitantes de Judá han sido expulsados de su tierra, desterrados en su totalidad.
20 »Levanten sus ojos y vean a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te fue entregado, aquel rebaño que era tu orgullo?
21 ¿Qué dirás cuándo él nombre como tus jefes a aquellos a quienes tú misma enseñaste? ¿No te llenarás de un dolor tan grande como el que siente una mujer que da a luz?
22 Y si te preguntas: “¿Por qué me sucede esto?” Pues por tus muchos pecados, te alzaron la falda y te violaron.
23 ¿Puede el etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo cambiar sus manchas? Así mismo, ustedes no pueden hacer el bien, estando tan acostumbrados a hacer el mal.