13 Debido a todos tus pecados, entregaré a otros tu fortuna y tus tesoros sin pago, como botín de guerra, en todas tus fronteras.
14 Haré que tus enemigos te lleven a una tierra que no conoces. Mi ira ha encendido un fuego que los quemará a todos ustedes».
15 SEÑOR, tú sabes lo que está pasando. Acuérdate de mí, protégeme y toma venganza de los que me persiguen. No tengas tanta paciencia con ellos y acéptame. Comprende que por ti tengo que soportar insultos.
16 Cuando yo recibía tus palabras, las devoraba; eran mi felicidad y la alegría de mi corazón porque tú me elegiste, SEÑOR Dios Todopoderoso.
17 No me he sentado a celebrar con los que andan en fiestas. Me he sentado solitario porque te pertenezco. Es que tú me llenaste de indignación contra ellos.
18 ¿Por qué no acaba mi dolor? ¿Por qué es tan grave e incurable mi herida que se niega a sanar? ¿Serás como un espejismo para mí, como una fuente en la que no se encuentra agua?
19 Entonces esto dijo el SEÑOR: «Si cambias y regresas a mí, yo te restauraré y estarás ante mi presencia. Si dejas de hablar bobadas y dices lo que en realidad tiene valor, entonces tú serás quien hable por mí. Son ellos los que tienen que volverse a ti y no tú quien tiene que volverse a ellos.