7 »Yo los traje a una tierra fértil para que comieran de sus frutos y de todo lo bueno que producía. Pero ustedes profanaron mi tierra; me da asco en lo que convirtieron mi propiedad.
8 »Los sacerdotes no se preguntaron: “¿Dónde está el SEÑOR?” La gente que maneja la ley no me reconoció. Los líderes se pusieron en mi contra; los profetas se convirtieron en voceros de Baal y se fueron tras ídolos que no sirven para nada.
9 Por eso, dice el SEÑOR, los acusaré de nuevo, y acusaré a los hijos de sus hijos.
10 Vayan a las islas de Chipre y vean lo que allí sucede. Envíen a alguien a Cedar para que observe con cuidado lo que allí sucede, para averiguar si ha sucedido algo parecido,
11 que una nación haya cambiado de dioses, y eso que sus dioses ni siquiera son verdaderos. En cambio, mi pueblo ha cambiado la gloria de Dios por ídolos que no sirven para nada.
12 ¡Asómbrense, cielos! Conmuévanse y quédense completamente turbados, dice el SEÑOR.
13 »Mi pueblo ha cometido dos pecados en mi contra: Me ha abandonado a mí, fuente de agua viva, y luego ha cavado sus propias cisternas; pero esas cisternas están rotas y no pueden darles agua.