1 »Si un hombre se divorcia de su esposa, y luego ella se casa con otro hombre, el primer hombre no volverá a unirse a ella. ¿Acaso algo así no contaminaría la tierra? Pero tú que te has prostituido con muchos amantes, ¿podrás volver a mí?, dice el SEÑOR.
2 »Levanta tu mirada y observa las colinas, trata de encontrar un lugar en el que no hayas pecado sexualmente. Tú te sientas a la orilla de los caminos a esperar a tus amantes como un árabe en el desierto. Has contaminado la tierra con tu prostitución y tu maldad.
3 Por eso han desaparecido las lluvias refrescantes, y ya no llega la lluvia de primavera. Te ves tan descarada como una prostituta que no tiene vergüenza alguna.
4 Pero ahora me dices: “Padre, tú eres el compañero de mi juventud,
5 ¿vas a seguir enojado? ¿Te va a durar el enojo para siempre?” Y mientras lo dices, haces todo el mal que puedes».