18 »Todo esto te pasa por tu mala conducta y por el mal que hiciste. Este es tu castigo, castigo cruel que lastima tu corazón».
19 ¡Qué dolor! ¡Qué dolor! Me duele hasta lo más profundo de mi ser; mi corazón se agita en mi interior, no me voy a callar. Es que escuché el toque de trompeta, y el grito de guerra.
20 ¡Un desastre tras otro! Todo el país está en ruinas; en un momento fueron destruidas mis carpas y arrancadas mis cortinas.
21 ¿Cuánto tiempo más tendré que ver la bandera y escuchar la trompeta de guerra?
22 «Porque mi pueblo es tonto, no me conoce. Son unos niños insensatos que no entienden nada. Son muy inteligentes para hacer el mal, pero no saben hacer el bien».
23 Miré la tierra, pero reinaba el caos y no había nada en ella; miré al cielo y no había luz.
24 Miré las montañas y estaban temblando; todas las colinas se estremecían.