29 Hemos oído del orgullo de Moab, su arrogancia, insolencia y altivez.
30 Yo conozco su soberbia, dice el SEÑOR, pero eso no le sirve, no sacará nada con sus arrogancias.
31 Por eso gimo por Moab, lloro por todos sus habitantes, y derramo lágrimas por el pueblo de Quir Jeres.
32 Lloro por ti, viña de Sibma, más que por Jazer. Tus ramas iban más allá del mar y llegaban hasta Jazer. Pero el destructor caerá sobre tu cosecha de higos y sobre tu cosecha de uvas.
33 Se quitó la alegría y el regocijo de los fértiles campos de Moab. He hecho que deje de fluir el vino de tus piletas; no hay ya quien pise las uvas en medio de gritos de alegría; si hay gritos, no son de regocijo.
34 »El grito de angustia de Hesbón llega hasta Elalé y Yahaza. Se grita desde Zoar hasta Joronayin y Eglat Selisiyá, porque hasta las aguas de Nimrín se han secado.
35 Aniquilaré de Moab al que ofrece sacrificios en los altares y quema incienso a sus dioses, dice el SEÑOR.