5 Lloran al subir la cuesta de Luhit; y por la bajada de Joronayin se oyen gritos de dolor debido a la destrucción.
6 ¡Huyan! ¡Sálvese quien pueda! Sean como los arbustos del desierto.
7 »Por confiar en tus obras y en tus riquezas, tú también serás capturada. Así que tu dios Quemós saldrá al exilio, junto con sus sacerdotes y altos funcionarios.
8 El destructor irá a cada ciudad, y ninguna escapará. También el valle será arrasado y la meseta quedará en ruinas, tal como lo ha decidido el SEÑOR.
9 Pónganle una lápida a Moab porque será destruida; sus ciudades quedarán en ruinas y sin habitantes.
10 Maldito el que sólo aparenta hacer el trabajo del SEÑOR; maldito el que no manche de sangre su espada.
11 Moab ha descansado desde su juventud; ha reposado como vino añejo; no ha pasado de un recipiente a otro, nunca ha ido al exilio. Por eso ha conservado su sabor y no ha perdido su aroma.