10 Ante los ojos de Sedequías, el rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedequías, y también hizo ejecutar en Riblá a todos los jefes de Judá.
11 Luego ordenó que le sacaran los ojos a Sedequías, lo encadenó y lo envió a Babilonia donde permaneció prisionero hasta el día en que murió.
12 A los diez días del quinto mes del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzaradán, comandante de la guardia y alto funcionario del gobierno, logró entrar a Jerusalén,
13 e incendió el templo del SEÑOR, el palacio del rey, y todas las casas, especialmente las de la gente más importante.
14 Entonces todo el ejército de Babilonia, que estaba bajo su mando, derribó las murallas de Jerusalén.
15 Nabuzaradán, comandante de la guardia, deportó al pueblo que aún quedaba en la ciudad, a los que habían desertado y se habían unido al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos.
16 Sin embargo, a la parte más pobre del pueblo, la dejó para que cuidaran las viñas y cosechas.