31 Además construyeron los altares de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus propios hijos e hijas, algo que yo nunca les ordené ni pasó por mi mente.
32 Por eso, dice el SEÑOR, llegará el día cuando ya no lo llamen valle de Ben Hinón, sino valle de la Matanza; y en Tofet enterrarán a los muertos porque no habrá más lugar.
33 Entonces los cadáveres de este pueblo servirán de alimento a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, sin que haya quién las espante.
34 Acabaré con los sonidos de alegría y felicidad y las celebraciones de bodas en los pueblos de Judá y en las calles de Jerusalén. Todo el país quedará hecho un desierto.