27 Y sabrán que el SEÑOR vive en medio del pueblo de Israel, que yo soy su Dios, y que no hay otro. Mi pueblo nunca más pasará vergüenza.
28 »Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad. Sus hijos e hijas profetizarán, los ancianos tendrán sueños, y los jóvenes tendrán visiones.
29 En esos días también derramaré mi Espíritu sobre los siervos y las siervas.
30 Haré grandes señales en el cielo y en la tierra. Habrá sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se oscurecerá y la luna se convertirá en sangre, antes de que venga ese día grande y terrible del juicio del SEÑOR.
32 Y todo el que confíe en el SEÑOR será salvo. Habrá refugio en el monte Sion y en Jerusalén, como ha dicho el SEÑOR. Entre los sobrevivientes estarán los llamados por el SEÑOR.