2 «Clamé a ti, SEÑOR, en medio de mi angustia ¡y me contestaste! Desde las profundidades del sepulcro pedí tu ayuda, ¡y me escuchaste!
3 »Me arrojaste a lo más hondo, a lo más profundo del mar; la corriente me envolvía, y todas tus olas poderosas pasaban sobre mí.
4 Pensé: “Me has echado de tu presencia, pero así y todo yo seguiré rogando hacia tu santo templo”.
5 »Las aguas me envolvieron hasta el alma, estaba cubierto de mar por todas partes; las algas se enredaban en mi cabeza.
6 Me hundí en el mar hasta donde comienzan las montañas. Bajé al mundo de los muertos y tras de mí sus rejas se cerraron para siempre. Pero tú SEÑOR, Dios mío, me sacaste vivo de la fosa.
7 Al sentir que se me iba la vida, me acordé del SEÑOR y mi oración llegó hasta ti, en tu santo templo.
8 »Los que adoran ídolos inútiles han dejado tu fiel amor;