21 Entonces los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés dijeron en respuesta a los líderes de las tribus de Israel:
22 —El SEÑOR es el Dios de todos los dioses, y lo decimos otra vez, el SEÑOR es el Dios de todos los dioses. Él sabe por qué hicimos esto y queremos que Israel también lo sepa. Ustedes pueden juzgar lo que hemos hecho. Si nos hemos rebelado o hemos desobedecido al SEÑOR, entonces mátennos.
23 ¡Que el SEÑOR nos castigue si construimos un altar para abandonar al SEÑOR! ¡Que nos castigue si vamos a ofrecer aquí sacrificios que deben quemarse completamente, ofrendas de cereal u ofrendas para festejar!
24 Para ser sinceros, hicimos esto por miedo, pensando, “Algún día sus descendientes pueden decirles a nuestros descendientes, ¿Qué tienen que ver ustedes con el SEÑOR, Dios de Israel?
25 ¡El SEÑOR ha hecho al Jordán una frontera entre nosotros y ustedes los rubenitas y gaditas! Ustedes no tienen parte en el SEÑOR”. De esa manera sus descendientes pueden obligar a nuestros descendientes a que dejen de adorar al SEÑOR.
26 »Así que nosotros dijimos: “Actuemos por nosotros mismos, construyendo un altar, no para ofrecer sacrificios que deben quemarse completamente u otros sacrificios,
27 sino para que sea un testigo entre nosotros y ustedes, y entre nuestras generaciones después de nosotros. Será testigo de que nosotros adoraremos al SEÑOR en su presencia con sacrificios que deben quemarse completamente, sacrificios por el pecado y ofrendas para festejar. Así en el futuro sus descendientes no les dirán a nuestros descendientes: Ustedes no tienen nada que ver con el SEÑOR”.