9 mientras unos hombres estaban escondidos en la habitación de al lado. Dalila le dijo: —¡Sansón, te atacan los filisteos! Entonces Sansón rompió las cuerdas como si se hubieran derretido por el fuego. Los filisteos no supieron el secreto de la fuerza de Sansón.
10 Entonces Dalila le dijo a Sansón: —¡Me mentiste! Te burlaste de mí. Ahora dime la verdad, ¿cómo puede alguien amarrarte y derrotarte?
11 Sansón respondió: —Si me amarraran con cuerdas nuevas que no se hayan usado antes perderé mi fuerza y seré como un hombre común y corriente.
12 Dalila trajo cuerdas nuevas y amarró a Sansón. Mientras unos hombres esperaban escondidos en la habitación de al lado, Dalila dijo: —¡Sansón, te atacan los filisteos! Pero Sansón rompió las cuerdas como si fueran simples hilos.
13 Entonces Dalila dijo: —¿Cuántas veces más te vas a burlar de mí? Ya no me digas más mentiras y cuéntame cómo te pueden amarrar y derrotar. Sansón dijo: —Si haces siete trenzas en mi cabello, las entrelazas con tela de tejer y las amarras a una estaca, seré igual que cualquier hombre.
14 Cuando Sansón dormía, Dalila trenzó el cabello con la tela de tejer y lo amarró bien. Luego Dalila dijo: —¡Sansón, te atacan los filisteos! Pero Sansón se levantó y arrancó del suelo la estaca del telar.
15 Dalila dijo: —¿Cómo es posible que digas que me amas si no confías en mí? Esta es la tercera vez que me mientes y no me dices el secreto de tu gran fuerza.