35 El SEÑOR ayudó al ejército de Israel a derrotar a los hombres de Benjamín. Ese día, el ejército de Israel mató veinticinco mil cien soldados de Benjamín.
36 Los hombres de Benjamín entendieron entonces que habían perdido porque los israelitas sólo les habían cedido terreno porque confiaban en los hombres que se habían escondido para atacar a Guibeá.
37 Los hombres que estaban escondidos entraron en la ciudad de Guibeá, invadieron la ciudad y mataron a espada a todos los que estaban allí.
38 Los soldados de Israel tenían una señal para comunicarse con los que estaban escondidos. Los que estaban escondidos debían hacer una gran nube de humo para avisar a los demás cuando hubieran atacado la ciudad.
39 Cuando los hombres que estaban huyendo vieran la señal de humo, debían regresar y enfrentarse contra los de Benjamín. Los hombres de Benjamín lograron matar treinta soldados de Israel y por eso pensaron que estaban ganando como en las otras ocasiones,
40 pero los soldados de Israel vieron la gran nube de humo. También los hombres de Benjamín vieron el humo y que la ciudad entera estaba en llamas.
41 Entonces los israelitas se enfrentaron a los hombres de Benjamín, los cuales se llenaron de terror y entendieron que estaban derrotados.