8 Entonces volvieron a preguntar: «¿Hay alguna tribu que no haya ido al encuentro que tuvimos con el SEÑOR en Mizpa? ¡Tiene que haber alguna que no haya estado! Y se acordaron que ningún hombre de la ciudad de Jabés Galaad había estado en la reunión con las otras tribus de Israel.
9 Cuando pasaron lista, se dieron cuenta que no había nadie de allí.
10 Entonces enviaron doce mil soldados a esa ciudad con esta orden: «Lleven sus espadas y maten a todos los habitantes de esa ciudad, incluyendo mujeres y niños.
11 Maten a todos los hombres y a todas las mujeres que no sean vírgenes, pero no le hagan daño a las vírgenes». Los soldados cumplieron esa orden,
12 encontraron cuatrocientas mujeres vírgenes y las llevaron al campamento de Siló en Canaán.
13 Luego los hombres de Israel mandaron un mensaje a los hombres de Benjamín que estaban en un lugar llamado la roca de Rimón. En el mensaje a los hombres de Israel decían que querían hacer las paces.
14 Entonces los hombres de Benjamín regresaron a Israel y los israelitas les dieron a las mujeres que habían traído de Jabés Galaad. Pero no hubo suficientes mujeres para todos los hombres de Benjamín.