7 No había soldados hasta que tú llegaste, Débora. Hasta que llegaste como una madre para Israel.
8 Dios nombró nuevos líderes para pelear en las entradas de los pueblos. De los cuarenta mil soldados de Israel, ninguno pudo encontrar ni un escudo ni una espada.
9 Mi corazón está con los jefes de Israel y con la gente que quisieron ir a la guerra. ¡Alabado sea el SEÑOR!
10 »Pongan atención todos los que andan en burros blancos, los que andan en tapetes, los que andan a pie por los caminos.
11 Se hacen comentarios en los aljibes; se escucha música de timbales. La gente canta las victorias del SEÑOR. Las que las pobres ganaron por Israel. El pueblo del SEÑOR se hizo presente en las entradas de las ciudades.
12 »¡Despierta, Débora, despierta! ¡Despierta, despierta y canta la canción! ¡Levántate, Barac hijo de Abinoán! Anda y conquista a tus enemigos, hijo de Abinoán.
13 »Entonces los israelitas bajaron a luchar contra los poderosos. La gente del SEÑOR bajó por mí a luchar contra los guerreros.