15 Los que pasan por el camino se asombran al verte. Hacen gestos y sacuden su cabeza al ver a la hija de Jerusalén. Al verla, preguntan: «¿Es esta la ciudad que según dicen era la más bella de todas? ¿Es esta la ciudad que admiraba toda la tierra?»
16 Todos tus enemigos hablan en contra tuya. Hacen escándalo y dicen: «Los hemos destruido. Este es el día que tanto hemos esperado. Ese día ha llegado y lo hemos visto».
17 El SEÑOR hizo lo que planeó. Cumplió su amenaza; lo que prometió hace tanto tiempo. Destruyó y no tuvo compasión. Les dio la victoria a tus enemigos e hizo que ellos celebraran tu derrota.
18 ¡Muralla de la hija de Sion, grita con todo tu corazón al Señor! Que tus lágrimas corran como un río día y noche. No te detengas, no permitas que tus ojos se detengan.
19 Levántate y grita en la noche al inicio de cada hora. Implora piedad ante la presencia del Señor. Eleva tus manos hacia él por el bien de tus hijos que se mueren de hambre en todas las calles de la ciudad.
20 SEÑOR, mira y date cuenta a quién has tratado de esta manera. ¿Está bien que las mujeres se coman sus hijos, los niños a quienes ellas han acariciado? ¿Está bien que los sacerdotes y profetas sean asesinados en el templo del Señor?
21 Los jóvenes y viejos están tendidos en las calles de la ciudad. Mis vírgenes y hombres jóvenes han caído en la batalla. Tú los mataste el día de tu ira; los destruiste sin compasión.