29 El resto del aceite que queda en la palma de la mano del sacerdote será puesto sobre la cabeza del que está siendo purificado y de esta manera el sacerdote lo purificará ante el SEÑOR.
30 »Luego el sacerdote presentará una de las tórtolas o palomas, según lo que la persona haya podido ofrendar.
31 Una será para la ofrenda de purificación y la otra para el sacrificio que debe quemarse completamente, junto a la ofrenda de cereal. De esta manera el sacerdote purificará a la persona ante el SEÑOR».
32 Esas son las leyes respecto a las personas con enfermedades peligrosas de la piel que no puedan pagar los sacrificios usuales de purificación.
33 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
34 «Ustedes van a recibir en propiedad la tierra de Canaán. Cuando la ocupen, se puede dar el caso de que yo haga que salga moho en alguna de sus casas.
35 Entonces el dueño de la casa irá y le dirá al sacerdote: “He visto en mi casa algo que parece moho”.