11 porque la vida del animal está en la sangre. Yo acepto que ustedes coloquen la sangre en el altar como rescate por ustedes porque la sangre representa la vida del animal.
12 Por eso les digo a los israelitas: Ninguno de ustedes ni ningún inmigrante que viva entre ustedes debe comer sangre.
13 »Cuando un israelita o un inmigrante que viva entre ustedes cace un animal o ave que se pueda comer, deberá derramar su sangre y cubrirla con tierra.
14 Porque la vida de todo ser vivo está en la sangre y por eso yo les ordeno a los israelitas: Ustedes no comerán la sangre de ningún ser viviente, el que lo haga será separado de la comunidad.
15 »Toda persona del país o todo inmigrante que coma de un animal que ha muerto en forma natural o que ha sido matado por otro animal, tendrá que lavar su ropa, bañarse con agua y quedará impuro hasta el anochecer; después de eso la persona quedará pura.
16 Si no lava su ropa y no se baña con agua, sufrirá el castigo por su pecado».