10 ¿Acaso no tenemos todos el mismo padre? ¿No nos creó a todos el mismo Dios? Entonces, ¿por qué hay quienes engañan a sus hermanos? Al hacerlo rompen el pacto que Dios hizo con nuestros antepasados.
11 Judá ha sido infiel. Algo horrible se ha cometido en Israel y en Jerusalén: Judá le ha faltado al respeto al templo sagrado del SEÑOR, el lugar que él ama. Los hombres de Judá se han casado con mujeres que adoran a otro dios.
12 Que el SEÑOR saque de la nación de Jacob a los que hicieron eso, no importa las ofrendas que le traigan al SEÑOR Todopoderoso.
13 Además, ustedes cubren el altar del SEÑOR con lágrimas y lamentos porque a él no le agradan las ofrendas que le traen, ni las acepta.
14 Ustedes preguntan: «¿Por qué él no acepta nuestras ofrendas?» Porque el SEÑOR es testigo del pacto matrimonial que cada uno de ustedes hizo con la mujer de su juventud. Pero ustedes la traicionaron aunque era su fiel compañera y esposa legítima.
15 Nadie con un poco de inteligencia haría eso. ¿Qué sería lo más sensato? Buscar que sus hijos sean parte del pueblo de Dios, ser cuidadosos de sí mismos y ser fiel cada uno a la mujer de su juventud.
16 El SEÑOR, el Dios de Israel, dice que el que odia a su mujer y se divorcia de ella deja ver lo cruel que es, dice el SEÑOR Todopoderoso. Así que cuídese cada uno y no sean infieles».