4 Entonces, el SEÑOR aceptará las ofrendas de Judá y Jerusalén, tal como lo hacía tiempo atrás, en el pasado.
5 «Yo los acusaré a ustedes en juicio y daré mi rápido testimonio en contra de quienes practican la brujería, los que cometen adulterio, los que mienten en los tribunales, los que les roban su salario a los trabajadores, los que explotan a las viudas y a los huérfanos, y los que violan los derechos de los inmigrantes. Toda esa gente que me falta al respeto». Lo dice el SEÑOR Todopoderoso.
6 «Yo soy el SEÑOR y nunca cambio; y ustedes siguen siendo hijos de Jacob.
7 Pero me han desobedecido desde los días de sus antepasados. Regresen a mí y yo regresaré a ustedes». Lo dice el SEÑOR Todopoderoso. «Ustedes preguntan: “¿Cómo que hemos de regresar a Dios?”
8 ¿Acaso puede el ser humano robar a Dios? ¡Pues ustedes me están robando! Y todavía preguntan: “¿En qué le hemos robado?” ¡En los diezmos y en las ofrendas!
9 La nación entera me está robando y por eso cae una maldición sobre todos ustedes».
10 El SEÑOR Todopoderoso dice: «Traigan todos los diezmos al granero del templo y así habrá alimentos en mi casa. Pónganme a prueba en esto y vean si no abro las ventanas del cielo para derramar sobre ustedes una lluvia de bendiciones hasta que les sobre de todo.