7 Con la lastimada formaré un resto; con la descarriada, una nación poderosa. El SEÑOR reinará sobre ellos en el monte Sion desde ese día y para siempre.
8 »Y tú, torre del rebaño, a ti te llegará tu momento. Fortaleza de los habitantes de Sion, tú recuperarás tu poder. El reino volverá a Jerusalén».
9 Jerusalén, ¿por qué lloras tanto? ¿Acaso no tienes un rey? ¿Acaso ha desaparecido tu líder? Tu angustia es tan inmensa como la de una mujer que da a luz.
10 Hija de Sion, estremécete y gime como si estuvieras dando a luz, porque vas a salir de la ciudad y tendrás que vivir en el campo. Irás a Babilonia, pero de allí serás rescatada. El SEÑOR te librará de las garras de tus enemigos.
11 Muchas naciones se han unido en tu contra. Dicen: «¡Que sea profanada, disfrutemos viendo la derrota de Sion!»
12 Pero esas naciones no conocen los pensamientos del SEÑOR ni captan su plan; porque él las juntará como se juntan los manojos de espigas en el lugar donde se trilla el grano.