3 Son rojos los escudos de aquellos soldados y rojo carmín sus uniformes. El hierro de sus carros está al rojo vivo, mientras se preparan para la batalla y vibran sus lanzas.
4 Los carros de combate corren a su antojo por las calles y pasan a toda velocidad por las plazas. Parecen carbones encendidos cuando están al rojo vivo; aparecen como relámpagos.
5 El enemigo da órdenes a sus oficiales y ellos se atropellan de lo rápido que responden. Se apresuran a ir hacia la muralla y hacen la torre de asalto.
6 Son abiertas las compuertas que detienen los ríos, de modo que el palacio es destruido.
7 A la reina la llevan cautiva, y los soldados sacan a sus servidoras. Su llanto es tan triste como el de las palomas; se dan golpes de pecho.
8 Nínive es como un estanque, que se desocupa rápidamente. Les gritan: «¡Alto! ¡Deténganse!», pero nadie hace caso.
9 ¡Agarren la plata! ¡Tomen el oro! No hay límite a los tesoros que saquear ni a la abundancia de objetos preciosos.