15 Nuestros enemigos se dieron cuenta que sabíamos de sus planes y que Dios les había echado todo a perder. Así que se retiraron. Nosotros regresamos a nuestro trabajo en la muralla.
16 Desde aquel día, la mitad de mi gente trabajaba en la muralla y la otra mitad vigilaba con sus escudos, lanzas, arcos y armaduras. Los líderes militares permanecían detrás de toda la gente de Judá.
17 Los constructores y sus ayudantes hacían su trabajo sosteniendo con una mano la carga y con la otra la espada.
18 Cada uno de los constructores tenía su espada atada a un lado de su cuerpo mientras trabajaba y el que tocaba la trompeta estaba a mi lado.
19 Entonces hablé con los dirigentes, los oficiales y el resto de la gente y les dije: «Este es un trabajo muy grande y estamos muy separados el uno del otro en la muralla.
20 Así que si oyen la trompeta, corran todos a reunirse en este lugar. Todos nos agruparemos y nuestro Dios luchará por nosotros».
21 Entonces continuamos nuestro trabajo con la mitad de los hombres manteniendo las lanzas en la mano desde la primera luz de la mañana hasta que salían las estrellas.