5 No les perdones su maldad ni les borres sus pecados porque ellos han insultado a los que reconstruyen».
6 Así que reconstruimos las murallas de la ciudad, aunque tan sólo a la mitad de la altura que debía tener. Pero lo que hicimos lo logramos porque el pueblo trabajó con mucho entusiasmo.
7 Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los hombres de Asdod se disgustaron mucho cuando se enteraron de que las murallas de Jerusalén se estaban reconstruyendo, y que estábamos cerrando los boquetes.
8 Entonces planearon venir a luchar contra nosotros y crear confusión en Jerusalén,
9 pero nosotros oramos a nuestro Dios y pusimos guardias en las murallas para que vigilaran día y noche.
10 Pero la gente de Judá dijo: «Los trabajadores se están cansando y hay demasiados escombros en el camino. Nunca seremos capaces de reconstruir la muralla nosotros solos».
11 Nuestros enemigos planeaban llegar sin que los viéramos y meterse en medio de nosotros para matarnos y detener el trabajo.