14 Les hablaste de tu día de descanso: el sábado. Utilizaste a tu siervo Moisés para darles las órdenes, mandamientos y leyes.
15 »Los alimentaste desde el cielo para calmar su hambre, y sacaste agua de una roca para calmar su sed. Les dijiste que fueran y ocuparan la tierra que les habías prometido.
16 »Pero nuestros antepasados actuaron con arrogancia. Fueron tercos y no obedecieron tus órdenes.
17 Se negaron a escuchar y se olvidaron de los milagros que habías hecho frente a ellos. Fueron tercos y decidieron regresar a Egipto y convertirse de nuevo en esclavos. Pero tú eres un Dios que perdona. Eres compasivo y misericordioso, no te enojas con facilidad y estás lleno de fiel amor y por eso no los abandonaste.
18 »No los abandonaste ni siquiera cuando hicieron con metal una imagen de un becerro y dijeron que ese era el dios que los había sacado de Egipto. Cuando te ofendieron tanto,
19 no los abandonaste en medio del desierto, por tu gran bondad. La nube no dejó de guiarlos en el día y la columna de fuego en la noche, no dejó de alumbrar el camino que debían seguir.
20 »Les diste tu buen Espíritu para que les enseñara. No les quitaste tu maná para alimentarlos y les diste agua para calmar su sed.