1 El rey cananeo de Arad, que vivía en el Néguev, escuchó que los israelitas venían camino de Atarín, los atacó y capturó a algunos de ellos.
2 Entonces los israelitas le hicieron esta promesa al SEÑOR: «Si nos ayudas a derrotar a esta gente, les destruiremos totalmente sus ciudades».
3 El SEÑOR los escuchó y les ayudó a derrotar a los cananeos, y fue así como los israelitas destruyeron completamente a los cananeos y sus ciudades, así que llamaron a ese lugar Jormá.
4 Los israelitas se fueron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, dando un rodeo para no pasar por el territorio de Edom. En el camino la gente perdió la paciencia
5 y empezó a hablar mal de Dios y de Moisés: —¿Por qué nos sacaste de Egipto para morir en el desierto? Aquí no hay pan ni agua. Ya nos cansamos de esta comida miserable.
6 Entonces el SEÑOR les envió serpientes venenosas que los mordieron e hicieron que murieran muchos israelitas.