2 «En el país hay una ola de maldiciones, engaños, asesinatos, robos y adulterios. Se comete un crimen tras otro.
3 Por eso la tierra se secará y todos los que viven allí morirán. Serán destruidos y morirán junto con los animales salvajes, las aves del cielo y hasta los peces del mar.
4 »Que nadie discuta ni acuse a otros. Mi discusión es contigo, sacerdote.
5 Tropezarás durante el día, y en la noche también tropezará contigo el profeta; y destruiré a tu mamá.
6 »Mi pueblo está destruido porque no conoce a Dios. Ya que no quisiste conocer a Dios, yo tampoco te aceptaré como mi sacerdote. Como has olvidado la ley de tu Dios, yo también olvidaré a tus hijos.
7 Ellos se volvieron orgullosos y cada vez pecaban más y más contra mí. Así que yo cambiaré su gloria en desgracia.
8 »Los sacerdotes comen de las ofrendas para el pecado. Por eso les gusta cuando cada vez hay más pecados.