12 ¡Váyanse! ¡Regresen a su tierra, hijas! Además, ya estoy demasiado vieja para quedar embarazada. Y aunque tuviera esa esperanza y quedara embarazada esta misma noche,
13 tendrían ustedes que esperar hasta que mis hijos llegaran a ser hombres antes de casarse con ellos. No puedo obligarlas a que esperen tanto tiempo sin esposo porque la vida es más dura para mí que para ustedes, pues el SEÑOR está en contra mía.
14 Entonces ellas empezaron a llorar. Orfa se despidió con un beso de su suegra y se fue, pero Rut se quedó junto a ella.
15 Noemí dijo: —Mira, tu concuñada regresó con su gente y con sus dioses. Síguela.
16 Pero Rut le dijo: —¡No me obligues a abandonarte y separarme de ti! »A donde tú vayas, iré yo; y donde vivas tú, viviré yo. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.
17 Donde tú mueras, yo moriré y seré sepultada. ¡Que el SEÑOR me castigue con severidad si no cumplo con esta promesa: sólo la muerte nos separará!
18 Noemí se dio cuenta de que Rut estaba muy decidida a irse con ella, y dejó de discutir.