13 Pasa la noche aquí. Por la mañana, si el otro hombre se quiere hacer cargo de ti, está bien, él lo hará. Si no, te prometo ante el SEÑOR que yo me haré cargo de ti. Sólo quédate hasta la mañana.
14 Y así, ella se quedó ahí con él hasta la mañana, pero ella se levantó antes del amanecer para que nadie la viera. Booz pensó: «Nadie debe enterarse de que esta mujer ha estado en el lugar donde se trilla el trigo».
15 Sin embargo le dijo a Rut: —Toma el manto que tienes puesto y mantenlo abierto. Ella lo mantuvo abierto, y él tomó como veinte kilos de cebada, los echó en el manto y le ayudó a ella a echarse el manto al hombro. Luego él volvió al pueblo.
16 Cuando Rut volvió a la casa de su suegra, ella le preguntó: —¿Cómo te fue, hija mía? Entonces Rut le contó a Noemí todo lo que Booz había hecho por ella.
17 Le dijo: —También me dio estos veinte kilos de cebada y me dijo que no debería ir a casa de mi suegra con las manos vacías.
18 Noemí dijo: —Quédate aquí hasta ver qué pasa. Booz no descansará hoy hasta que no se haga cargo de todo.