7 Booz comió, bebió y quedó satisfecho. Luego se acostó al borde del montón de grano. Rut llegó en silencio, le destapó los pies y se acostó.
8 En medio de la noche, Booz se agitó en su sueño, se movió, se volteó y encontró que allí, acostada a sus pies, estaba una mujer.
9 Booz dijo: —¿Quién eres? Ella dijo: —Soy Rut, su sierva. Usted es un pariente que podría casarse conmigo. ¿Puedo refugiarme bajo sus alas?
10 Él dijo: —Que el SEÑOR te bendiga, jovencita. Este acto de bondad es más noble que el que hiciste primero porque has venido a mí en vez de buscar un joven bien parecido, pobre o rico.
11 Ahora, jovencita, no tengas miedo, haré lo que me pides, porque todo el mundo sabe que eres una mujer respetable.
12 Aunque es cierto que soy uno de los parientes que debería protegerte y casarse contigo, hay un pariente que tiene más derecho que yo.
13 Pasa la noche aquí. Por la mañana, si el otro hombre se quiere hacer cargo de ti, está bien, él lo hará. Si no, te prometo ante el SEÑOR que yo me haré cargo de ti. Sólo quédate hasta la mañana.