2 Hay quienes dicen que las imágenes a las que adoran les dan mensajes. ¡Eso es absurdo! Las visiones de las que hablan los adivinos son una mentira. Los que interpretan los sueños dicen tonterías; el consuelo que dan es un engaño. Por eso los habitantes de Judá son como ovejas que vagan lejos de su hogar y que sufren porque no tienen pastor.
3 «Estoy muy enojado con los pastores de mi pueblo y por eso los castigaré». El SEÑOR Todopoderoso cuida su rebaño, el pueblo de Judá. Lo cuida como si fuera su caballo de guerra más valioso.
4 De Judá saldrá la piedra principal, la estaca de la tienda, el arco de guerra y todos los soldados.
5 Juntos serán como guerreros que pisotean al enemigo en el barro durante la guerra. Ellos lucharán porque el SEÑOR está con ellos y humillarán incluso a sus enemigos que van montados a caballo.
6 «Yo fortaleceré al pueblo de Judá y salvaré al pueblo de José. Los traeré de vuelta porque tendré piedad de ellos. Será como si nunca los hubiera abandonado. Lo haré porque yo soy el SEÑOR su Dios y responderé a su llamado.
7 El pueblo de Efraín se sentirá tan feliz como los soldados que se sientan a beber. Sus hijos verán lo sucedido y celebrarán. Sentirán una alegría inmensa por lo que el SEÑOR ha hecho por ellos.
8 Los salvaré y los llamaré para que se reúnan. Serán un país lleno de habitantes como lo fueron en el pasado.