5 Todos ustedes pertenecen a la luz y al día; no pertenecemos a la noche ni a la oscuridad.
6 Entonces no debemos ser como los demás ni estar dormidos, sino estar despiertos y tener dominio propio.
7 Pues los que duermen, duermen de noche y los que se emborrachan, se emborrachan de noche.
8 Nosotros pertenecemos al día, así que debemos tener control de nosotros mismos, protegiéndonos con la coraza de la fe y el amor, y usando la esperanza de salvación como casco protector.
9 Porque Dios no nos ha elegido para sufrir su castigo, sino que nos eligió para tener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.
10 Jesús murió por nosotros para que vivamos junto con él. Así que no importa si estamos vivos o muertos cuando él regrese.
11 Por eso, anímense y fortalézcanse unos a otros, así como lo están haciendo ahora.