2 Entonces, el primer ángel fue y vació su copa sobre la tierra. A todos los que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen les salieron llagas terribles y muy dolorosas.
3 Después, el segundo ángel vació su copa sobre el mar. El agua se convirtió en sangre como de muerto, y todos los seres del mar murieron.
4 El tercer ángel vació su copa sobre los ríos y los manantiales, y se convirtieron en sangre.
5 Entonces, oí al ángel de las aguas que le decía a Dios: «Tú eres el que es y ha sido siempre. Tú eres el Santo y eres justo al hacer estos juicios.
6 Ellos derramaron la sangre de tu pueblo santo y de tus profetas. Ahora les diste sangre para que bebieran. Eso es lo que merecen».
7 Oí también que el altar decía: «Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus juicios son correctos y justos».
8 Después, el cuarto ángel vació su copa sobre el sol, y el sol recibió el poder de quemar a la gente con fuego.