7 Todo eso voy a darle al que salga victorioso; yo seré su Dios y él será mi hijo.
8 Pero los cobardes, los que renunciaron a su fe, los abominables, los asesinos, los que cometen pecados sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos y todos los mentirosos, tendrán un lugar en el lago de fuego y azufre. Esta es la segunda muerte».
9 Luego, vino uno de los siete ángeles que tenía las siete copas con las últimas siete plagas y me dijo: «Ven acá que te voy a mostrar a la novia del Cordero».
10 El ángel me llevó por medio del Espíritu a lo alto de una montaña y me mostró la ciudad santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, desde donde está Dios.
11 La ciudad brillaba con la luz de Dios. Parecía una piedra preciosa, un diamante, y era clara como un cristal.
12 Tenía una muralla grande y alta con doce puertas, en las cuales había doce ángeles. En cada puerta estaba escrito el nombre de una de las tribus de Israel.
13 Había tres puertas hacia el oriente, tres hacia el norte, tres hacia el sur y tres hacia el occidente.