1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra. Esa estrella recibió la llave de la entrada al abismo profundo.
2 Entonces, la estrella abrió la entrada y de allí salió humo como de un gran horno; y el humo oscureció el sol y el cielo.
3 Del humo bajaron langostas a la tierra, que recibieron un poder como el de los escorpiones.
4 Se les dijo que no dañaran el pasto, ni las plantas ni los árboles, sino a la gente que no tuviera la señal de Dios en su frente.
5 Pero no podían matar a la gente, sino torturarla durante cinco meses; el dolor que causaban era como el de la picadura de un escorpión.