29 No digan malas palabras, sino palabras que ayuden y animen a los demás, para que lo que hablen le haga bien a quien los escuche.
30 No hagan poner triste al Espíritu Santo, quien es la garantía para su completa liberación en el día señalado.
31 Quítense de ustedes toda amargura, ira y enojo, gritos, calumnias y malicia.
32 Sean amables y considerados unos con otros, y perdónense como Dios los ha perdonado a través de Cristo.