18 Porque como muchas veces les he dicho, y ahora lo repito llorando, muchos viven como enemigos de la cruz de Cristo.
19 Ellos viven de una manera que los está llevando a la destrucción. Ellos quitaron a Dios y lo reemplazaron por sus propios bajos deseos. Presumen de hacer lo que debería darles vergüenza y sólo tienen la mirada puesta en las cosas terrenales.
20 En cambio, nuestra patria está en el cielo y de ahí estamos esperando que venga el Salvador, Nuestro Señor Jesucristo.
21 Cristo va a cambiar nuestro modesto cuerpo para que sea como su propio cuerpo esplendoroso. Eso lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas.