3 Y también te pido a ti, que has sido mi leal compañero, que las ayudes, pues ellas lucharon conmigo, Clemente y mis otros compañeros para difundir la buena noticia de salvación. El nombre de cada uno de ellos ya está escrito en el libro de la vida.
4 Alégrense siempre en el Señor.
5 Lo digo de nuevo: ¡Alégrense! Que todos sepan que ustedes son amables y gentiles. El Señor está cerca.
6 No se preocupen por nada, más bien pídanle al Señor lo que necesiten y agradézcanle siempre.
7 La paz de Dios hará guardia sobre todos sus pensamientos y sentimientos porque ustedes pertenecen a Jesucristo. Su paz lo puede hacer mucho mejor que nuestra mente humana.
8 En fin, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, noble, correcto, puro, hermoso y admirable. También piensen en lo que tiene alguna virtud, en lo que es digno de reconocimiento. Mantengan su mente ocupada en eso.
9 Hagan todo lo que les enseñé, todo lo que aprendieron al verme y oírme, y el Dios de paz estará con ustedes.