30 Sabemos que Dios dijo: «Los castigaré, les daré su merecido» y «El Señor juzgará a su pueblo».
31 ¡Es terrible caer en las manos del Dios viviente!
32 Recuerden aquellos días cuando acababan de conocer la verdad. Enfrentaron muchos sufrimientos, pero siguieron firmes.
33 En unas ocasiones sufrieron insultos y persecución, y en otras ayudaron a los que estaban sufriendo lo mismo.
34 Se condolieron de los encarcelados y soportaron con alegría cuando a ustedes les quitaron sus propiedades. Siguieron felices porque sabían que poseían algo mucho mejor, algo que dura para siempre.
35 Así que no pierdan la valentía que tenían antes, pues tendrán una gran recompensa.
36 Tengan paciencia y hagan la voluntad de Dios para que reciban lo prometido.