16 pero ellos aspiraban a una patria mejor, un país celestial. Por eso, Dios no se avergonzó de ser su Dios y les preparó una ciudad celestial.
17 Dios puso a prueba la fe de Abraham pidiéndole que sacrificara a Isaac, su único hijo. Por la fe, Abraham obedeció. Él ya tenía las promesas de Dios,
18 quien le había dicho: «Tu descendencia será trazada a través de Isaac».
19 Abraham creía que Dios tenía poder para resucitar a los muertos. Entonces se puede decir que prácticamente Abraham recuperó a su hijo Isaac de entre los muertos.
20 Por la fe, Isaac bendijo el futuro de Jacob y de Esaú.
21 Por la fe, Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró a Dios, apoyado en su bastón.
22 Por la fe, cuando José estaba por morir les dijo a los israelitas que algún día habrían de salir de Egipto y les hizo prometer que se llevarían su cuerpo con ellos.