4 Ustedes han luchado contra el pecado, pero no hasta el punto de perder la vida.
5 Son hijos de Dios, pero olvidaron lo que él les dice a sus hijos para animarlos: «Hijo mío, toma en serio la disciplina del Señor, no te desanimes cuando el Señor te corrija.
6 El Señor disciplina a todo el que ama, y castiga a todo al que acepta como su hijo».
7 Entonces soporten esos sufrimientos como se acepta la disciplina de un padre, porque Dios lo hace como un padre que corrige a sus hijos.
8 Si Dios no los disciplinara, significaría que ustedes no le importan. Cuando un padre no corrige a sus hijos es porque realmente no los considera sus hijos.
9 Todos hemos tenido padres en la tierra que nos han disciplinado y nosotros los respetamos. Entonces es aun más importante someternos a nuestro Padre celestial para poder vivir.
10 Nuestros padres en la tierra nos corrigieron por poco tiempo. Lo hicieron de la mejor manera que pudieron, pero Dios nos corrige para ayudarnos a ser santos como él.