11 La ley se entregó al pueblo bajo el sacerdocio de Leví, pero la gente no se podía perfeccionar espiritualmente por medio de ese sacerdocio. Era necesario que apareciera otro sacerdocio, pero no como el de Aarón, sino como el que tiene Melquisedec.
12 Cuando cambia el sacerdocio, cambia también la ley.
13 Pero todo esto lo decimos con referencia a Jesucristo. Él no es descendiente de Leví y nadie de su tribu sirvió como sacerdote en el altar.
14 Está claro que nuestro Señor era descendiente de Judá, pero Moisés no dijo nada de sacerdotes que fueran descendientes de Judá.
15 Todo se aclara cuando aparece Jesús, que es sacerdote como Melquisedec.
16 Jesús no fue designado sacerdote por voluntad humana, sino por el poder de su vida indestructible,
17 porque se da testimonio de él: «Eres sacerdote para siempre, tal como fue Melquisedec».