13 Pero todo esto lo decimos con referencia a Jesucristo. Él no es descendiente de Leví y nadie de su tribu sirvió como sacerdote en el altar.
14 Está claro que nuestro Señor era descendiente de Judá, pero Moisés no dijo nada de sacerdotes que fueran descendientes de Judá.
15 Todo se aclara cuando aparece Jesús, que es sacerdote como Melquisedec.
16 Jesús no fue designado sacerdote por voluntad humana, sino por el poder de su vida indestructible,
17 porque se da testimonio de él: «Eres sacerdote para siempre, tal como fue Melquisedec».
18 El mandamiento queda anulado por débil e ineficaz,
19 pues la ley no podía hacer nada perfecto. Pero ahora se nos da una esperanza nueva por la que podemos acercarnos a Dios.